Alegremos la casa !!

El domingo 28 de octubre pude visitar el Hogar de las Bienaventuranzas en Tablada de Lurín. Había ido el año pasado y el profesor Benito nos comentó que habían dos sedes, una en la no cual fui hoy que era tierra e Iglesia y la otra en la cual estuve donde sí había construcción. Al llegar, me encontré con una grata sorpresa: el terral es ahora un muy lindo pabellón construido; sentí un inmenso sentimiento de satisfacción, de alegría por el otro, de esos que llenan el alma...
Para ir al hogar, fui a casa de Sebastián Yaya para ir juntos, ya allá nos encontramos con Romina a las 10.30am.
Llegamos y buscamos en qué parte sería necesaria nuestra ayuda. El padre encargado nos dijo: vayan a jugar con los niños, muchos quieren un abrazo; así fue, fuimos y nos dispusimos a jugar con los niños, esto representó un reto para ambos(RA1) ya que no habíamos tenido una experiencia similar, Romina tuvo más facilidad para jugar con ellos; después de jugar con una pelota con un par de niños, nos unimos a ella para jugar a las chapadas. En el transcurso, se nos acercó un niño de 3 años más o menos, llorando, que pedía que lo carguemos y quería pasar de brazos en brazos. Me llamó la atención cómo un niño es capaz de demostrar su necesidad de cariño, de un abrazo y alguien ya mayor, no puede.
Ese día tuvieron una fiesta infantil en la cual un de los muchachos que apoyan se disfrazó de Pocoyó; apoyamos congregando a los niños y niñas en ese espacio y haciendo que participen. Al terminar la fiesta, todos recogimos los desperdicios, antes de eso, llevamos a los niños afuera(RA5). Al terminar la labor, se nos invitó a una misa, así que fuimos a la parroquia del recinto.
Se me hace demasiado curioso cómo un abrazo puede calmarnos a nosotros los humanos y cómo un niño busca el cariño, no tiene precio ver que por solo un abrazo o un juego tan simple como las chapadas puede alegrar la vida de un niño, sus sonrisas de oreja a oreja valieron el sacrificio de salir temprano el domingo(RA6,7).
La parte de tomar fotos fue difícil ya que siempre los 3 estuvimos en constante movimiento con los niños.