Maristas en el Rebagliati
Este fin de semana, Miguel, José y Mateo, nos invitaron a formar parte del voluntariado del Rebagliati, del cual ellos forman parte y tienen este servicio como proyecto. Nos citaron a las 9 y a esa hora estuve. No sabía cómo sería, ni cómo me sentiría, si me afectaría estar en un hospital o no. Pensé que no me sentiría cómodo estando en un hospital ni conversando con personas hospitalizadas. José, el encargado, nos habló sobre su experiencia, que llevaba 2años y medio yendo y que cada día era una experiencia nueva. Miguel nos contó unas experiencias que tuvo antes y me parecieron muy bonitas. Elegimos una pareja con quien visitar a los pacientes y subí con Viviana a visitar.
El momento de tocar a la primera puerta fue difícil pues no sabía cómo tratar con un paciente, sería una mala idea empezar con mi típico: "Hola!! ¿Qué tal?" Empecé con un: Buenos días, ¿podemos pasar para conversar un momento con usted? Conversamos con el señor José, de más o menos 60 años quien tenía un tumor en el estómago producto de una gastritis. "Una enfermedad silenciosa" como la llamaba él. Fue impresionante la manera cómo estaba tan relajado respecto a su enfermedad y esperanzado con salir bien de su operación. Él también nos dijo que debemos dar sin esperar nada a cambio, que Dios se encarga de devolvernos todo y que como jóvenes, nos cuidemos.
Luego fuimos a conversar con otra paciente, la señora Shannon, ella ya había estado conversando con José y Mateo antes, su mamá que estaba presente dijo que la familia se había unido a raíz de la enfermedad de su hija, quién será abuela y desea ya saber el sexo de su nieto o nieta porque toda su rama es de puras mujeres, se lo dirán cuando sea dada de alta esta semana.
Ambos pacientes estaban súper felices y esperanzados en que saldrían bien, me dio a entender que por más malo que pueda ser el momento, debe primar la unidad, el amor y la fe en Cristo.
El momento de tocar a la primera puerta fue difícil pues no sabía cómo tratar con un paciente, sería una mala idea empezar con mi típico: "Hola!! ¿Qué tal?" Empecé con un: Buenos días, ¿podemos pasar para conversar un momento con usted? Conversamos con el señor José, de más o menos 60 años quien tenía un tumor en el estómago producto de una gastritis. "Una enfermedad silenciosa" como la llamaba él. Fue impresionante la manera cómo estaba tan relajado respecto a su enfermedad y esperanzado con salir bien de su operación. Él también nos dijo que debemos dar sin esperar nada a cambio, que Dios se encarga de devolvernos todo y que como jóvenes, nos cuidemos.
Luego fuimos a conversar con otra paciente, la señora Shannon, ella ya había estado conversando con José y Mateo antes, su mamá que estaba presente dijo que la familia se había unido a raíz de la enfermedad de su hija, quién será abuela y desea ya saber el sexo de su nieto o nieta porque toda su rama es de puras mujeres, se lo dirán cuando sea dada de alta esta semana.
Ambos pacientes estaban súper felices y esperanzados en que saldrían bien, me dio a entender que por más malo que pueda ser el momento, debe primar la unidad, el amor y la fe en Cristo.
Sin duda evalué mis puntos fuertes y débiles (RA1, RA2) en la conversación para poder mejorarlos y valoré el trabajo en equipo(RA5) ya que sin este, no podríamos llegar a más pacientes y expandir sonrisas.
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